Problema técnico o desafío adaptativo

Este reporte me lo había solicitado el nutriólogo con el que estaba trabajando, y cuando lo revisó a fondo, notó algo importante: mis niveles de azúcar estaban a punto de alcanzar el rango de prediabetes.

Me habló de una dieta. No sería fácil. Pero, en lugar de enfocarnos únicamente en los elementos de cada comida, me habló de algo más profundo: la importancia de tener un propósito mayor para atravesar este proceso.

No era solo seguir una lista. Era transformarme.

De la dieta al liderazgo

Tiempo después, en una sesión de liderazgo, encontré una idea que me resonó profundamente. El autor Ronald Heifetz decía:

Desde entonces, esta frase me ha servido para ver con más claridad muchas de las decisiones que enfrento.

En el día a día, solemos enfrentar problemas conocidos, que resolvemos desde la experiencia, con herramientas que ya dominamos. Pero cuando se presenta algo nuevo —un problema sin respuestas claras, que nos descoloca— ahí no basta con aplicar lo de siempre. Se necesita un proceso de adaptación. Y eso implica nuevas actitudes, herramientas distintas y una manera diferente de evaluar el avance.

Propósito para adaptarse

Eso era exactamente lo que el nutriólogo me estaba enseñando. No bastaba con seguir una dieta. Yo necesitaba un propósito que le diera sentido al esfuerzo, que me sostuviera en la incomodidad, que me ayudara a cambiar desde adentro.

Y lo mismo pasa con el liderazgo.

Hoy los líderes se enfrentan a dos tipos de realidad:

Esta pregunta nos obliga a ir más allá de las soluciones rápidas. Nos invita a observar, escuchar, reflexionar. A reconocer que tal vez lo que siempre funcionó ya no es suficiente.